San Luis Potosí, SLP.- Coraje, indignación y furia es lo que sufren familias potosinos que acuden a las tradicionales fiestas del Barrio de Santiago cuando al momento de volver a sus casas descubren que sus vehículos fueron abiertos y ya no están las propiedades de valor que habían dejado ahí, pues los rateros hacen su agosto ante la indiferencia de la Policía Estatal.
A través de redes sociales capitalinos que año con año acuden a las tradicionales fiestas, denuncian que sus vehículos fueron abiertos y ya no están sus propiedades, no sólo las de valor, sino a veces hasta papeles que se van acumulando en la guantera, los rateros cargan con todo.
Edgar Jiménez Arcadia, director de Seguridad Pública Municipal, ha dedicado las últimas semanas a buscar una estrategia para salvar el pellejo luego de que ordenara a tres mujeres policías arrastrar a la oficial del Registro Civil, Tere Carrizales, por lo que la seguridad de la ciudad es lo que menos le interesa al señor.
A pesar de que la fiesta en el barrio convoca a cientos de capitalinos, no se ven a policías realizando rondines de seguridad, tampoco hay policías viales que ayuden a descongestionar la transitada zona, es decir, los uniformados ni para pasear se dan una vuelta por la fiesta.